El aumento normal de peso previo a la adolescencia se debe al incremento del tejido graso, lo que ocasiona mucha preocupación a los padres y al niño. A si mismo, el incremento de peso continúa en las niñas luego del primer ciclo menstrual a expensas del tejido adiposo y la talla. Al alcanzar la pubertad, las niñas logran el 60% del peso corporal del adulto y durante el "estirón" puberal aumenta entre 5 – 6 kg. por año.
En las niñas, el crecimiento puberal se produce dos años antes que en los niños con un incremento promedio de 9 cm. por año en las niñas y de 10,3 cm. por año en los niños. A pesar de que las niñas inician antes el crecimiento puberal, el resultado final es una diferencia de 12 cm. en promedio a favor de los niños, como consecuencia de un mayor incremento anual.
El desarrollo muscular coincide con el óseo, con una gran multiplicación de las fibras musculares y disminución del tono de los músculos, que favorece la postura desgarbada, los cuales se normalizan al finalizar el desarrollo. Es importante tener en cuenta que, a raíz de esto, muchos adolescentes recurren a la gimnasia y a los aparatos, descuidando el hecho de que sobrecargar la columna en crecimiento pude provocar lesiones importantes. Sólo al finalizar el desarrollo se logra la plenitud física buscada.
A nivel genital, el primer signo de actividad hormonal masculina es el aumento del tamaño de los testículos, seguido del crecimiento del pene y el crecimiento del vello púbico, así como también en axilas piernas, cara y pecho, y en las mujeres el primer signo de actividad hormonal es el "botón mamario" que puede aparecer primero sólo de un lado o bien, ambos a la vez, posteriormente lo hace el vello pubiano y axilar.
Un dato a tener en cuenta además del denominado "grupo promedio", existen los extremos, por lo que algunos adolescentes maduraran precozmente y otros en forma mas tardía, lo importante es que tarde o temprano todos alcanzarán el desarrollo completo.
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